Naciste un día y en el aire
ya silbaba el viento ¡Madre!
Creciste deprisa y el arroyo cantaba
su canción llena de vida,
como la sangre que brota viva de la herida
que se abre...
...y su eco seguía arrullando tu silencio
¡Madre!
Y llegó el día y te coronaste con el fino manto
de fe, de amor y dolor callado
que Dios hizo con suave mano.
Sí, Madre, yo quiero cantarte
porque tú eres todo, porque eres aire
y yo fui paja que tú mimaste;
Lluvia fresca y yo hoja seca
que reverdeció en tu regazo.
Porque me saciaste de ternura mientras
en la noche tus lágrimas ahogaban
la amargura del mañana.
Sí ¡Madre! Yo quiero contarte mis sueños,
no puede guardarlos mi arca -es tan pequeña
y tan nada sin ti-.
Sí ¡Madre!, envuelve con tus caricias
mis palabras que son sombra, fondo
de la nada... y es tan hondo tu nombre...
tan sencilla tu mirada-llave sincera
que me guarda-.
Sí ¡Madre! yo quiero cantarte porque eres...
...bueno, nadie sabe lo que eres,
Nadie que no sea Madre.
Juan Manuel
ya silbaba el viento ¡Madre!
Creciste deprisa y el arroyo cantaba
su canción llena de vida,
como la sangre que brota viva de la herida
que se abre...
...y su eco seguía arrullando tu silencio
¡Madre!
Y llegó el día y te coronaste con el fino manto
de fe, de amor y dolor callado
que Dios hizo con suave mano.
Sí, Madre, yo quiero cantarte
porque tú eres todo, porque eres aire
y yo fui paja que tú mimaste;
Lluvia fresca y yo hoja seca
que reverdeció en tu regazo.
Porque me saciaste de ternura mientras
en la noche tus lágrimas ahogaban
la amargura del mañana.
Sí ¡Madre! Yo quiero contarte mis sueños,
no puede guardarlos mi arca -es tan pequeña
y tan nada sin ti-.
Sí ¡Madre!, envuelve con tus caricias
mis palabras que son sombra, fondo
de la nada... y es tan hondo tu nombre...
tan sencilla tu mirada-llave sincera
que me guarda-.
Sí ¡Madre! yo quiero cantarte porque eres...
...bueno, nadie sabe lo que eres,
Nadie que no sea Madre.
Juan Manuel
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